No podría contar con los dedos de una mano, los aportes valiosos de Yamid Amat, al periodismo colombiano. Hace 25 años reinventó la radio sacándola del tedio y fue el primero en tener en un noticiero de televisión con chismes políticos contados por una hermosa piernona.
Inventó el Cuarto de hora Caracol, Radionet, impulsó a Julio Sánchez Cristo, quien finalmente ha llevado su obra a la máxima expresión en FM. Luego salió de la radio por esas cosas raras de la vida y quiso volver, pero encontró a su engendro en La FM mucho más grande de lo que creó.
Se dedicó a la televisón, como director de Caracol Noticias, donde fue recordado por la forma cómo informó a los colombianos del terremoto del 25 de enero de 1999, que destruyó el Eje Cafetero: "Son imágenes espectáculares". En su momento se dijo que espectácular era un gol del "Tino" Asprilla, pero no el retrato de una tragedia que golpeó a toda la nación.
Como no hablar de sus pupilos: Néstor Morales, Claudia Gurisatti, Ricardo Galán, Isacc Nessim, Darcy Queen, Julio Sánchez Cristo. Todos inyectados de la astucia del más recordado periodista colombiano. Todos, con la misma imponencia del maestro.
Y así son innumerables las bondades del viejo Yamid, ya relegado a una columna semanal en El Tiempo y como director del célebre Noticiero CM&. Pero no todo lo que brilla es oro.
Yamid Amad representa la evolución del periodismo nacional, pero también sus peores males. El dañino síndrome de "la chiva", el hacer lo que sea por una noticia y las malsanas condiciones laborales que laceran la dignidad de los comunicadores, son algunos de los síntomas de lo que denomino el efecto Yamid.
Este efecto es como el efecto Axe... Se te pega. Quien está junto al mítico maestro, termina siendo como él o peor que él, sólo porque hay que servirle a él.
Nadie lo sabe, pero ser periodista no es que sea muy chevere en este país. Nuestros actuales jefes están contagiados del efecto Yamid, lo que hace invivible ciertos ambientes laborales para el trabajo noticioso. La presión por resultados agota cada momento de calma y el estress que se maneja, ningún otro profesional lo podría soportar.
Ahora pienso que los periodistas estamos hechos de otro material, porque a pesar de la mierda que hay que comer, todos los días nos gusta más.
¿De que material puede ser un tipo, que por todo lo que hace y lo que le toca sufrir, además resulta amenazado por decir la verdad o por responder a ciertos intereses políticos? Ahí está Daniel Coronell. Se va del país por decir que en la Comisión Nacional de Televisión hay precesencia paramilitar.
¿Y todavía piensan que este es un oficio que dignifica a quién lo ejerce?
Recursos informativos...
2 comentarios:
A mí nunca se me va a olvidar una vez que interrumpió Los Simpson -cuando lo pasaban después del noticiero de mediodía, que en ese entonces no duraba las dos horas actuales- para poner en directo a un robot destartalado desactivar una bomba. No hacía más que "patinar" porque no tenía qué decir. Sobre Yamid tienes toda la razón en lo que has dicho.
Ah, y una cosa, te toca editar el post para que funcione el enlace a la página de Yamid (toca poner "http://").
Ya arreglé el recurso informativo... Una reflexión que faltó anotar en este post: "La chiva es el ego del periodista"
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