En Colombia el pasado 15 de diciembre el Presidente Alvaro Uribe firmó una ley que ratifica el oficio periodístico como una profesión. Profesión que cualquiera puede ejercer.
Hasta entonces en Colombia, uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo, no era necesario una acreditación del Gobierno para ejercer el oficio ni tampoco haber cursado estudios ni profesionales ni tecnológicos para sentarse frente a un micrófono o una cámara para dar noticias.
Es por eso que aquel que tenga “el don de la comunicación” puede hacerlo sin restricción alguna, dejando a lo sacrificados estudiantes de periodismo sin empleo. Los que tienen el don son, además, los preferidos por los medios comerciales.
La Ley firmada por el Gobierno establece que los periodistas que acrediten ejercer el oficio deberán registrarse ante el Ministerio de Protección Social (entidad encargada de los temas de trabajo) y acreditar con certificados universitarios haber cursado periodismo.
Este es un tema polémico en Colombia, pues muchos de los mejores periodistas del país son empíricos y nunca fueron a una escuela de periodismo. Los grandes medios, sin duda, no prescindirán de ellos ante el requisito gubernamental.
Pero, ¿quién iba a pensar que Internet puede violar esta norma? Pues sí. Médicos, abogados, astrólogos, científicos, ingenieros o cualquier profesional que sepa escribir lo puede hacer en la red. Además, convertirse en una fuente de prestigio.
Y hasta los no profesionales pueden hacerlo. Descubrí con sorpresa que varias víctimas de la tragedia en el sur de Asia narraban su historia a través de weblogs, así como muchos otros que tienen algo que decir.
Cualquiera puede ser periodista, si así lo siente. Y si lo siente, amelo. Esta es una linda profesión.
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