A Oswaldo Álvarez lo conocí, paradójicamente, en la avenida Caracas de Bogotá. Es un venezolano con rostro de galán de telenovela y brazos de pelotero, amasados en una niñez dedicada al beisbol, quizás en una playa de las tantas que tiene su país. Lo conocí para hacer un programa de radio por invitación de mi amigo Ricardo Mendivil para su emisora virtual El Café del Mundo.
Esa tarde sabatina de 2011 abrió la puerta a una amistad hasta ahora breve pero muy interesante. Oswaldo emprendió una empresa de desarrollo web en Bogotá. Prosperó a tal punto que sus ideas lo llevaron a los Estados Unidos, pero no se sintió en casa, así que decidió volver.
A finales del año pasado, Oswaldo compartió conmigo una idea que lo venía rondando y que ya es una realidad. Se trata de Cuestiona.me, una plataforma en Internet creada con la intención de hacer más fácil el contacto entre los ciudadanos y sus líderes políticos, las empresas de servicios públicos y privados, y todos quienes puedan y quieran responder con transparencia a las demás de la gente.
Me sumé al proyecto de Oswaldo y comparto su razón de ser: "Imaginamos un mundo totalmente abierto al cuestionamiento, preguntas, críticas, sugerencias o elogios que impulsen a líderes, políticos, empresas u organizaciones influyentes a enfocarse en mostrar mejores resultados".
Cuestiona.me está desarrollando un potencial capaz de mejorar la forma en la que nos comunicamos en la sociedad. Puede evolucionar las prácticas periodísticas democratizando el poder de la pregunta que ejercemos los reporteros, para compartirlo con nuestras audiencias. Estoy seguro que Cuestiona.me dará mucho de qué hablar.
Por lo pronto los invito a unirse y a descubrir el poder de cuestionar.
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