4/20/2017

Carta con amor para Venezuela

Hermano venezolano:
Y sí, te digo hermano, porque nuestros destinos jamás estarán separados. Las veces que he estado en tu tierra me he sentido en casa y a tí cuando te he recibido aquí, también sienten el mismo calor de hogar. Claro, ya sé que me dirás que tienes las playas más lindas del mundo, o que no hay nada mejor que ver el Ávila al amanecer, o que el Salto del Ángel es el mismo cielo en la tierra. Todo muy cierto, pero toda esa belleza se ha manchado de sangre y dolor.

No importa si eres rojo, azul o amarillo. Te hablo a ti, hermano venezolano, quien sea a quien llegue esta carta. Porque en este momento todos, sin importar colores o clases sociales, buscan como pueden lo que necesitan para vivir, para comer o para curarse la más simple enfermedad. Todos han sufrido el momento actual. Tanto los que están dentro del país como los que decidieron irse de Venezuela a buscarse una mejor vida. Los que han sufrido ese exilio forzoso también lo recienten a la distancia. Los he visto y también los he consolado.

Por eso entiendo tu dolor y mi corazón hoy es vinotinto, como los colores de tus equipos deportivos. Si has venido a Colombia y te has sentido rechazado por mi o por mis compatriotas, te pido perdón por mí y por todos ellos. Quizás no estábamos listos para tu repentina llegada y también tenemos nuestros problemas, aún sin resolver. Pero tú hermano y los tuyos vinieron a sumar, a crear, a ser talento, a dar empleo, a trabajar y han llegado a amar este país como si fuera suyo.

Pero si decidiste quedarte o no pudiste salir, también mi corazón está contigo. ¡Qué muestra de valor y de fé!Y además qué ganas de defender ese espacio que Dios y el Universo les ha dado como hogar, uno de los sitios más lindos de las Américas. Pero aquí me quiero detener y quiero invitarte a buscar en tu corazón, hermano venezolano: ¿Qué hiciste o dejaste de hacer para llegar a este punto? ¿Por qué todo ha tenido que ser así? ¿Estás dispuesto a asumir tu responsabilidad por ello, aunque siempre hayas culpado a azules o rojos?

Seguro ahora piensas que hay que marchar y gritar hasta que los rojos se vayan o defender a los rojos porque cuando no tuviste nada, ni siquiera una esperanza, ellos te lo dieron todo. Es tu derecho y hazlo valer, sin importar la cobardía de aquel que apunta las armas de la República contra su pueblo. Pero, y si se van mañana los chavistas o se quedan, ¿cómo será ese nuevo país? ¿Cuáles serán las lecciones aprendidas? ¿Estarías dispuesto a perdonar, a sanar tanto dolor? ¿Qué podrías crear y transformar, luego de la reconciliación? ¿Aceptarías que, a pesar de todo, hay quienes creen que esa forma de pensar de los rojos o de los azules o amarillos todavía tiene cosas válidas? ¿Te podrías reconocer en el otro, aunque piense distinto? ¿Estarías abierto a creer que somos iguales en la diversidad?

No tienes que contestarme ahora, hermano. El país que se viene requerirá de las respuestas a estas y muchas más preguntas. Eso sí: que la justicia prevalezca y quienes han violado la ley paguen por sus crímenes. Pero quiero decirte que tú sabes que las cosas tienen que ser diferentes y el primer cambio empieza dentro de ti.

Seguro que pronto nos encontraremos en una de tus bellas playas, tus vastos llanos, o tus bellas montañas para tomarnos un cafecito con cachapa y reirnos como solo venezolanos y colombianos sabemos hacerlo de nuestros propios dramas y alegrías.

Gracias por leer. Desde esta ribera del Arauca vibrador, con amor para Venezuela.


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