
Ya de la parte académica, la Universidad Pedagógica cerró sus puertas y canceló las actividades, para evitar que los estudiantes “revoltosos” no usaran sus instalaciones para organizar nuevos hechos violentos. Ahora los estudiantes tendrán que terminar lo que falta de sus clases de forma virtual y a distancia con sus profesores.
La situación pasa de castaño a oscuro y va más allá de una simple situación de orden público, ante la costumbre de los estudiantes de universidades públicas de hacer disturbio por todo. No. La cosa es más grave.
En una de esas “tradicionales” manifestaciones, una papa explosiva impactó contra una de las sedes administrativas de la universidad en la calle 72. Dentro del edificio, una mujer embarazada recibió la onda expansiva y perdió su bebe. Su vida no ha sido igual desde entonces. No sólo perdió su bebé, quedó en medio de un limbo del cual aún no se recupera. Ampliación y comentarios en la Generacion Invisible