Esta última semana del primer mes del año amanece con una nueva tormenta política, de nuevo, protagonizada por el Presidente Alvaro Uribe Vélez. Con desagrado recibieron sus contradictores la transmisión de su habitual Consejo Comunitario por canales de televisión cerrada, mejor dicho, por canales privados de cablesuscripción.
La Ley de Garantías Electorales es clara en decir que el Gobierno no podrá usar los medios de comunicación del Estado para continuar con estas reuniones entre el Presidente y la Comunidad, dada su extensión y su contenido. Por eso, la transmisión de estos canales, que hoy son el ojo del huracán, no son de ninguna manera ilegales.
Sin embargo, al Presidente le faltó prudencia y mayor coherencia al pedirle a estos medios no hacer cualquier transmisión en directo, por más pequeña que sea la audiencia de estos canales.
"La prudencia hace verdaderos sabios", dice en un pequeño resquicio la ancestral novena de aguinaldos que se reza en cada diciembre. También aplicaría otra frase, que para mí es principio de vida: "Humildad profunda, amor encendido y total desprecio de todo lo terreno".
Tales frases pasadas a la política, hacen parte de lo que Antanas Mockus llama "la cultura de la legalidad", una de sus banderas ideológicas.
Yo le regalaría "humildad profunda" a Juan Manuel Santos, "total desprecio de todo lo terreno" a todos aquellos que buscan favorecerse con Alvaro Uribe y su campaña reeleccionista, y "total desprecio de todo lo terreno", a Alvaro Uribe para que siga conduciendo los destinos de este país, como lo ha hecho, sin otro objetivo más que mejorar las condiciones de los ciudadanos.
Prudencia faltó. No sólo por parte del Gobierno. Prudencia nos falta a todos, ahora que el debate político se nos presenta novedoso y lleno de vericuetos.
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